Tratar el hipertiroidismo felino
El hipertiroidismo, cuando las glándulas tiroides producen hormonas tiroideas en exceso, es una patología frecuente en los gatos mayores. Los signos clásicos incluyen pérdida de peso, un apetito bueno o aumentado, aumento de la sed, aumento de la actividad o inquietud, un aumento de la frecuencia cardíaca y una mala condición del pelaje.
Principales estrategias terapéuticas
Si el hipertiroidismo no se trata, puede haber consecuencias graves. Los niveles altos de hormona tiroidea pueden causar cambios en el corazón, lo que lleva a la insuficiencia cardíaca; puede causar hipertensión (presión arterial alta), lo que lleva a daños en muchos órganos; y puede estar asociado con enfermedad renal crónica.
El tratamiento está dirigido a controlar las concentraciones de hormona tiroidea y evitar o controlar cualquier complicación (como la presión arterial alta). En gatos tratados con éxito, los signos de hipertiroidismo se pueden revertir por completo, sin que le queden signos de la enfermedad.
Tipos de tratamiento del hipertiroidismo felino
Afortunadamente, el hipertiroidismo es una enfermedad que se puede tratar fácilmente en la mayoría de los gatos, y hay varias opciones disponibles:
- Seguimiento médico
- Cirugía
- Yodo radioactivo
- Tratamiento dietético
Seguimiento médico
Prescribir fármacos que se administrarán diariamente, es una opción eficaz que se usa con frecuencia. Los medicamentos antitiroideos ayudan a bloquear la producción de hormonas tiroideas y, por lo tanto, pueden normalizar la concentración de estas en la sangre. Estos medicamentos no curan la causa subyacente del hipertiroidismo, y el tratamiento diario deberá continuarse durante el resto de la vida del gato, pero muchos gatos se pueden estabilizar, con mucho éxito, de esta manera.
Cirugía
Este tratamiento consiste en extirpar quirúrgicamente el tejido tiroideo hiperactivo anormal. La extirpación quirúrgica de este tejido anormal puede ser una cura permanente, aunque algunos gatos desarrollan la enfermedad de forma recurrente si el tejido normal no afectado se altera después. Tras de la cirugía, las concentraciones de calcio en la sangre generalmente se vigilan cuidadosamente durante unos días, ya que existe el riesgo de dañar a las glándulas paratiroides durante la operación (glándulas pequeñas asociadas con la glándula tiroides que ayudan a controlar los niveles de calcio en la sangre). Si se dañan, es posible que se necesite terapia farmacológica adicional para controlar el calcio en la sangre.
Yodo radiactivo
Este es un tratamiento seguro, eficaz y generalmente curativo. Es una forma de radioterapia, pero en este caso el yodo radiactivo se administra mediante una inyección simple (o a veces por vía oral) y este yodo se absorbe y se concentra en el tejido tiroideo anormal. El yodo radiactivo destruye el tejido anormal, pero no afecta el tejido tiroideo normal. Desafortunadamente, debido a que este tratamiento involucra material radiactivo, solo está disponible en ciertos centros veterinarios (por ejemplo, algunos centros de referencia), y los gatos tienen que permanecer hospitalizados durante un tiempo después del tratamiento.
Tratamiento dietético
El yodo, adquirido de la dieta, es requerido por las glándulas tiroides para producir hormonas. Esto significa que, si una dieta con un contenido restringido de yodo, puede ayudar a limitar la producción de hormona tiroidea y normalizar las concentraciones de estas hormonas en la sangre de su gato. Esto solo se puede lograr con una dieta terapéutica especialmente formulada por su veterinario, y para ser efectivo, su gato no puede comer nada más. Aunque este puede ser un tratamiento exitoso, la necesidad de asegurarse de que no se coman otros alimentos hace que no sea adecuado para todos los gatos.
Medicación
Cualquiera que sea el tratamiento que se elija para el manejo del hipertiroidismo, la mayoría de los gatos necesitarán una fase inicial con fármacos antitiroideos para estabilizar la afección, y en algunos estos pueden usarse a largo plazo. En los gatos, como en los humanos, se utilizan dos fármacos antitiroideos, el metimazol o el carbimazol, y estos pertenecen a un grupo de medicamentos llamados tioamidas o tioimidazoles. Los medicamentos vienen en forma de comprimido o líquido y generalmente se administran de una a tres veces al día, dependiendo de la formulación y la necesidad individual.
Algunos gatos con hipertiroidismo tendrán hipertensión asociada (presión arterial alta) y también requerirán medicamentos (como el amlodipino) para controlar su presión arterial. Se recomienda que la presión arterial se controle en el momento del diagnóstico de hipertiroidismo y durante todo el tratamiento: en algunos gatos, el tratamiento exitoso del hipertiroidismo conduce a la resolución de la hipertensión (y se puede retirar el tratamiento antihipertensivo), pero en algunos otros, la presión arterial puede aumentar después del tratamiento para el hipertiroidismo